Recomendaciones para el cuidado de los niños después de la Cirugía de Tubos de Ventilación
- Juan Camilo Ospina
- 29 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 31 may 2020
La MIRINGOCENTESIS CON INSERCIÓN DE TUBOS DE VENTILACIÓN es una cirugía que en términos generales es de corta duración, poco invasiva y muy poco dolorosa.


El paciente puede reiniciar sus actividades cotidianas el mismo día o a más tardar al día siguiente. La actividad física no hará que los tubos se caigan de su sitio.
Los tubos de ventilación tienen la finalidad de disminuir la frecuencia de episodios de otitis media aguda y al mismo tiempo ayudar a restablecer la audición de los pacientes afectados. Los tubos permiten el equilibrio de las presiones dentro y fuera del oído medio, permitiendo que la inflamación desaparezca progresivamente.
Si bien el postoperatorio de esta cirugía es generalmente muy tolerable, en ocasiones puede haber algunos problemas menores que es necesario reconocer.
Los tubos de ventilación serán expulsados de la membrana timpánica en un tiempo variable, entre 6 meses y año y medio. Algunos pacientes los expulsan antes, otros después, dependiendo de cada caso.
Aunque lo común es que con un juego de tubos sea suficiente para superar los problemas de otitis, no es infrecuente que algunos niños requieran varias cirugías durante su infancia.
En la gran mayoría de los casos, cuando el tubo es expulsado, la membrana timpánica cicatriza sin dejar secuelas. En un pequeño porcentaje, del 1 al 2% aproximadamente, puede quedar una perforación de la membrana timpánica, que puede cerrar por si misma o eventualmente requerir su cierre por medio de una cirugía que se llama “miringoplastia” o “timpanoplastia”.
En el 1% de los casos aproximadamente, el tubo en vez de extruirse, queda retenido en la membrana timpánica. Si al cabo de dos años y medio de la cirugía se encuentra esta situación, se requerirá su extracción en salas de cirugía, bajo anestesia general.
En un porcentaje variable, los pacientes operados de tubos pueden tener “otorrea” o supuración por los oídos, generalmente cuando tienen una gripa fuerte o un eventual episodio de otitis media. En algunos casos la secreción se debe a la entrada de agua contaminada a través del tubo hacia el oído medio.
En casi todos los casos, la supuración se controla con la aplicación por pocos días de gotas con antibiótico. Estas gotas SOLAMENTE pueden ser formuladas mi, pues algunas gotas disponibles en el mercado pueden representar riesgo de ocasionar pérdida permanente de la audición.
A menos que yo haya indicado algo distinto, las gotas son: FIXAMICIN DEXACIPRO: 4 GOTAS CADA 12 HORAS POR 3 DÍAS.
Para aplicar correctamente las gotas, es necesario limpiar de la oreja la secreción que sea visible, usando un pañuelo desechable con la punta enrollada, de modo que absorba la secreción. Una vez aplicadas las gotas, se debe “bombear” unas 3 ó 4 veces el cartílago que está justo por delante del orificio del conducto auditivo externo, de modo que las gotas penetren al oído medio.
Existe gran controversia sobre si se permite que un niño(a) con tubos de ventilación se exponga al agua. Mi recomendación personal es que los niños con tubos pueden bañarse en la ducha sin ningún tipo de protección. En el caso de las piscinas, solo recomiendo el uso de protectores (hechos a la medida) en niños que ya saben nadar y a quienes les gusta sumergirse en el agua. Si el niño va a nadar en el mar, no es obligatorio que los use. En caso de un episodio de supuración después de piscina, las mismas gotas anotadas arriba son la mejor alternativa de tratamiento. Si la supuración persiste, pida cita de control conmigo.
Como cualquier cirugía, es indispensable el control periódico postoperatorio. El paciente debe asistir puntualmente a sus citas, que generalmente se programan cada 3 meses.
Dr. Juan Camilo Ospina
Consultorio: Fijo: 4770455. Celular: 321 462 7511.